¿Qué puede hacer el cannabis contra el autismo?

Cómo el cannabis afecta a las personas con autismo es algo con poca evidencia científica. Si los cannabinoides mejoran o empeoran los síntomas del trastorno del espectro autista está aún sometido a debate. Pero, ¿qué se sabe del efecto del cannabis en personas con problemas para la socialización y la comunicación con los demás hasta ahora? Repasamos en este post los estudios llevados a cabo sobre cannabis y autismo, y vemos en qué casos el CBD o el THC han resultado efectivos para personas con trastornos del espectro autista. 

¿Qué es el autismo?

Se denomina comúnmente autismo a los Trastornos del Espectro Autista (TEA). Estos trastornos se manifiestan en alteraciones en el comportamiento, principalmente en problemas a la hora de relacionarse con el entorno y de comunicarse con los demás. Quienes padecen autismo suelen presentar, además, conductas y pensamientos poco flexibles: prácticas muy repetitivas con un repertorio muy escaso.

Las causas de este tipo de trastornos no están plenamente establecidas dado que, entre otras cosas, no existen dos pacientes con el mismo cuadro sintomático. El TEA presenta mucha variabilidad y no encontraremos dos personas que sufran exactamente el mismo tipo de autismo, ni que lo manifiesten del mismo modo. Sí que está claro, en cambio, que es una afección con raíz en el cerebro y relacionada con los transmisores neuronales

Se sabe, así mismo, que tiene estrecha relación con la predisposición genética, y que es una enfermedad que suele manifestarse en los primeros años de vida y acompaña a quien la sufre  para siempre, ya que no se ha encontrado ningún tratamiento capaz de erradicarla al cien por cien. 

¿Cómo actúa el cannabis contra el autismo? 

Como comentábamos más arriba no existen estudios clínicos suficientes para establecer cómo actúa el cannabis en personas con autismo. Pero sí existen estudios preclínicos y una biblioteca científica suficiente que apuntan a que algunos cannabinoides podrían mejorar los síntomas de algunos casos de TEA

Esto se debe a la relación entre cannabinoides producidos por el cannabis, tales como el CBD o el THC, y cannabinoides de nuestro propio cuerpo (endocannabinoides) tales como la anandamida. El consumo de principios activos del cannabis ayuda a activar los receptores del sistema endocannabinoide, produciendo así cambios en la producción de serotonina, dopamina, anandamida o oxitocina. Hormonas, neurotransmisores y endocannabinoides, todos ellos, muy relacionados con las emociones y la capacidad humana de relacionarse con otros satisfactoriamente

La relación del cannabis con la anandamida en pacientes con autismo

El quid de la cuestión es que se ha comprobado (véase este estudio) que el consumo de cannabis activa los receptores del sistema endocannabinoide responsables de producir y conducir la anandamida (endocannabinoide -cannabinoide producido por el organismo humano) y la oxitocina (hormona). Ambos compuestos están estrechamente relacionados con la afectividad, de ahí que su activación contribuya al desarrollo del afecto hacia otros, y su consecuente socialización.

Kalel Santiago o el primer caso documentado del tratamiento con cannabis a niño autista en Puerto Rico en 2015

Uno de los primeros casos satisfactorios del cannabis en el tratamiento del autismo se dio en Puerto Rico. Allí, Kalel Santiago, pronunció sus primeras palabras después de habérsele administrado diariamente aceite de CBD, según declaró su médico a la revista Forbes. Se incluyó este cannabinoide en su tratamiento a sus 9 años, años después de que el menor hubiese sido diagnosticado con autismo, después de haber sido sometido a quimioterapia cuando tenía menos de tres años, por tener un tipo de cáncer cerebral. 

Los esperanzadores resultados de un estudio clínico realizado en Israel que concluyó que el cannabis mejoraba las aptitudes socializadoras de niños con autismo en 2017

En 2017 se llevó a cabo un estudio revelador sobre cannabis con 150 niños que padecían autismo en el Hospital Shaare Zedek Medical Center de Jerusalén. Allí, el Doctor Adi Aran, Jefe de Neuropediatría, suministró extracto de CBD y THC a un tercio de los pacientes, placebo a otro tercio, y un extracto de cannabis (no solo los dos cannabinoides anteriormente mencionados) al tercio restante. Y resultó que los niños tratados con CBD y THC redujeron los síntomas del autismo. 

Para sentar una base médica son necesarios muchos estudios clínicos, e implicar a miles de pacientes, para poder deducir correctamente cuáles son los efectos de un determinado fármaco en una población con unos determinados síntomas. De modo que en lo relativo a cannabis y autismo aún falta mucho camino médico por recorrer, pero resultados como el del estudio anteriormente citado, arrojan luz en futuras investigaciones sobre cannabinoides y TEA.  

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