Cultivo de Cáñamo Industrial

Puesta en marcha y tramitación de un proyecto de cultivo de cáñamo industrial de semilla certificada por la Unión Europea.

Todo lo que hay que tener en cuenta.

¿Qué es el cáñamo industrial?

Iniciar un proyecto de cultivo de cáñamo industrial de semilla certificada por la Unión Europea, es sin duda una opción interesante de desarrollo para el ámbito rural en los tiempos que corren.  El cáñamo industrial es un producto muy versátil, y cada día tiene más aceptación en distintos ámbitos, como el de la construcción o la alimentación. El cultivo de cáñamo industrial aumenta exponencialmente cada año y se está haciendo masivo en algunos países de nuestro entorno.

Una de las cuestiones más importantes antes de desarrollar un proyecto con cáñamo industrial, es conocer de una forma clara y actualizada cuál es la legalidad de este tipo de cultivos, y, sobre todo, saber cuales son los límites que no se pueden traspasar para que el proyecto no acabe siendo un problema para el impulsor del mismo. Un asesoramiento correcto de forma previa, evitará muchos problemas y quebraderos de cabeza futuros.

Entender la legalidad del cáñamo industrial

Para entender estos límites, hay que comprender cómo funciona el sistema de prohibición del cannabis o lo que es lo mismo del cáñamo, ya que es la misma planta, la principal característica que las distingue, es que el cáñamo goza de niveles casi residuales de  THC, el componente psicoactivo del cannabis, inferiores a 0,2 %.

En el año 1961 se celebra la Convención Internacional de Estupefacientes, donde la mayor parte de los países a nivel mundial suscriben el comprometerse a prohibir las drogas y determinadas plantas susceptibles de generar principios activos psicoactivos. En el caso del cannabis, en esta Convención Internacional no se prohíbe la planta entera, sino que lo que se prohíben son determinadas partes de la planta, en concreto aquellas qué tienen mayores concentraciones de cannabinoides, como las unidades floridas (cogollos) y las hojas con resina que rodean a las sumidades, quedando el resto de las partes de la planta sin fiscalizar.

Esta normativa internacional para que se pudiera aplicar en España, requería una integración previa en nuestro ordenamiento jurídico, esto se hace a través de la ley de estupefacientes en el año 1967.  En esta ley se regulan las licencias de cultivo, producción, procesamiento, extracción, importación y exportación de sustancias, plantas o partes de plantas fiscalizadas en las convenciones internacionales.

Usos permitidos del cáñamo industrial

En el caso de la planta del cannabis o cáñamo,  este sistema de licencias, que concede la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS),  exceptúa los usos industriales, que no requieren licencia, el motivo es que los usos industriales del cannabis o cáñamo, (qué son estrictamente la producción de semilla para cosmética y alimentación y la producción de fibra), se desarrollan sobre partes no fiscalizadas de la planta en la Convención Única de Estupefacientes de 1961, los tallos, las raíces y las semillas; por lo que la autorización de los cultivos de cannabis o cáñamo para usos industriales, no se tramita a través de la AEMPS, sino  mediante un procedimiento administrativo en las delegaciones de agricultura.

Uno de los principales requisitos para cultivar cáñamo industrial,  es utilizar unas semillas certificadas por la Unión Europea. Existen multitud de variedades de semillas de cáñamo industrial certificadas por la Unión Europea, todas ellas están incluidas en un listado que se actualiza anualmente. En función del tipo de producto qué queramos obtener, fibra o semillas, o de la climatología o capacidad de irrigación de la que dispongamos en nuestra parcela, terreno o finca, existen variedades más o menos especificas para ello.

La principal característica de estas semillas de cáñamo industrial certificadas por la Unión Europea, es que su concentración de THC, está limitada al 0.2%. No ocurre lo mismo con otros cannabinoides presentes en la planta como el CBD o el CBG qué tienen concentraciones mucho superiores qué de THC. El motivo es que a la hora de desarrollar estas variedades se buscó la eliminación o limitación marginal del THC y no, actuar contra el resto de cannabinoides que a diferencia del THC no están fiscalizados específicamente a nivel internacional .

el cultivo de cáñamo industrial

Las flores de cáñamo industrial, cannabis light o marihuana legal no psicoactiva ¿Es legal su comercialización?

Las flores o cogollos de las plantas de cáñamo industrial suponen el punto crítico de este tipo de proyectos, existen distintas interpretaciones sobre la legalidad de destinar los cultivos de cáñamo industrial de semilla certificada por la Unión Europea a la obtención de flores de cáñamo para el floreciente mercado del cannabis legal no psicoactivo o cannabis light, además de la posible extracción de los cannabinoides no fiscalizados, Cannabidiol (CBD) y  Cannabigerol (CBG) entre otros, de estas flores, para su posterior uso en multitud de productos como aceites sublinguales, aceites cosméticos, complementos alimenticios, cremas tópicas, productos de belleza, vape pens, productos alimenticios …

En España, el criterio de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), es, que no es posible producir flores de cáñamo industrial para destinarlas al mercado de la marihuana legal no psicoactiva o cannabis light, con una autorización para el cultivo de cáñamo industrial, dado que como comentábamos anteriormente los únicos usos permitidos serían los industriales.

El principal argumento de la AEMPS, es que las flores del cannabis o cáñamo, están fiscalizadas específicamente en las convenciones internacionales de estupefacientes, independientemente del nivel de THC que tengan,  incluso si es menor de 0.2%. Aunque esta interpretación cada vez tiene menos sustento, todo ello debido a una reciente resolución del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, al respecto de la comercialización y fabricación de productos con Cannabidiol (CBD).

Esta resolución el Tribunal Superior de justicia de la Unión Europea indica que a diferencia de lo que pensaba la AEMPS, el CBD no se puede considerar fiscalizado internacionalmente. La agencia, entendía, qué al estar todas las extracciones de la planta fiscalizadas en los convenios internacionales, el CBD debía estarlo cómo extracción de la planta que es, pero la realidad es que no lo está. Como argumenta el Tribunal, si el espíritu del legislador hubiera sido controlar o prohibir el CBD o el resto de cannabinoides,  los hubiera incluido específicamente es las listas de fiscalización, al igual que sí hizo con el THC.  Por tanto, sí ese preparado de CBD ha sido producido en un país de la Unión Europea donde esté autorizada a la extracción procedente de plantas de cáñamo industrial certificadas de cultivos autorizados, no se puede limitar la comercialización de estos productos en cualquier país de la Unión Europea en base al tratado de funcionamiento de la misma.

Esta resolución histórica tumba los argumentos de la AEMPS, que se ha demostrado equivocada. Es por ese motivo que muchas empresas y asesores consideran que la AEMPS también está equivocada en esta cuestión, y que esta resolución se extiende a las flores de cáñamo, y no solo a los preparados de CBD.  La realidad es que esta resolución no habla específicamente de las flores de cáñamo,  sino de los productos o preparados de CBD, extraídos de plantas de cáñamo industrial, pero también es razonable que no se hable de las flores, dado que el litigio versaba sobre la venta de vapeadores y no de flores. Es por todo ello que existe aun una gran incertidumbre al respecto, aunque sea bastante incomprensible e ilógico que se pudieran someter las flores a un proceso de extracción, pero que no se pudiera comerciar con ellas.

Principales problemas a los que nos enfrentamos con la puesta en marcha y tramitación de un cultivo de cáñamo industrial

Existen muchos problemas asociados a la puesta en marcha de este tipo de cultivos, pero principalmente podríamos identificar tres:

Los robos

Uno de los principales problemas del cultivo de cáñamo industrial son los robos que los agricultores sufren, por lo general se producen cuando las plantas ya están desarrolladas, a partir de mediados del mes de agosto. Los ladrones saben que este producto tiene un alto valor añadido y además que su robo supone lo mismo que el robo de cualquier producto agrícola, por lo que las penas y sanciones a las que se enfrentan son menores y esto hace que vayan sin miedo a la hora de cometer este tipo de ilícitos. Además, en los últimos años se han dado multitud de casos de agresiones y algunos homicidios derivados del intento de robo de estas plantaciones y de la defensa de las mismas por parte de los agricultores.

Este problema cada vez se hace mayor, por lo que es fundamental gestionar el cultivo de una forma discreta, recomendablemente bajo invernadero o alguna estructura que no permita la visión desde el exterior, también es importante disponer de medidas de seguridad tanto activas como pasivas desde que la planta está desarrollada. Además, cada vez se dan más casos donde los ladrones no acceden a robar las plantas de cáñamo de los invernaderos, sino que esperan a que todo el trabajo esté hecho y el producto este en fase de secado para proceder a estos robos.

Los problemas legales

Como decíamos anteriormente, la obtención de flor de cáñamo a través de una autorización de cultivo de cáñamo industrial tiene un encaje legal complicado, dado que la AEMPS entiende qué no se está autorizado para ello independientemente de los niveles de cannabinoides de los que dispongan las flores. En base a este criterio de la agencia, que es el que sigue el SEPRONA de la Guardia Civil,  cada vez son más los controles a este tipo de plantaciones y la apertura de procedimientos administrativos y penales contra los promotores de los mismos. Es completamente recomendable llevar un control muy estricto de los porcentajes de cannabinoides de las muestras y analizar las mismas en varios y diferentes laboratorios analíticos para contrastar los resultados y así tener la certeza de qué se está trabajando con un producto sin trascendencia penal, ya qué las multas y las  penas de prisión en el caso de superarse los porcentajes de THC, pueden ser elevadas, existiendo un riesgo cierto de entrar en prisión.

La parte más importante de todo el proyecto es sin duda el elegir unas semillas de cáñamo industrial apropiadas, de las cuales tengamos referencias al respecto de que los niveles de THC no van a superar 0,2 %, de esta forma se limitaría al máximo el mayor riesgo, el penal.

La inexperiencia

Otro problema que no es menor, es la inexperiencia a la hora de proceder con el cultivo de cáñamo. Este tipo de cultivos requiere un conocimiento de la planta, de sus cuidados y del control del entorno, tanto en las fases de crecimiento, como en las de floración y posterior secado. Es muy recomendable contar con la ayuda de algún experto ingeniero agrónomo que nos de las pautas para iniciar con garantías este tipo de proyectos desde la analítica previa del terreno, el establecimiento de un plan de fertilización, el seguimiento del cultivo, hasta la obtención de muestras para posterior analítica y la elaboración de un informe con la evolución de los porcentuales de cannabinoides de cara a una posible inspección por parte de Seprona o de los técnicos del Ministerio de Agricultura.

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